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Receta de picarones chilenos: cómo preparar este tradicional postre paso a paso

Descubre cómo preparar los auténticos picarones chilenos en casa

Si eres amante de los postres tradicionales y quieres experimentar con sabores únicos, te encantará aprender a hacer esta deliciosa receta que combina tradición y dulzura. Los picarones chilenos son un manjar que, aunque tiene sus raíces en la gastronomía peruana, ha sido adaptado y disfrutado en Chile con un toque especial que los diferencia. En este artículo, te enseñaremos paso a paso cómo preparar este postre emblemático para que puedas sorprender a tu familia y amigos con una preparación casera impecable.

Antes de comenzar, es importante entender que este postre es una especie de buñuelo o donas fritas hechas a base de una mezcla de harinas y puré de zapallo o calabaza, endulzadas con miel de chancaca, que les da ese sabor característico y un aroma inconfundible. La combinación de texturas suaves por dentro y crujientes por fuera, junto al dulce baño, hacen que esta delicia sea irresistible.

Ingredientes esenciales para la elaboración

Para preparar una buena versión casera, necesitarás los siguientes ingredientes que puedes encontrar fácilmente en cualquier mercado peruano o chileno:

  • 500 gramos de zapallo o calabaza (puede ser camote amarillo si quieres un toque diferente)
  • 300 gramos de harina de trigo (puedes usar harina preparada para repostería para mejor textura)
  • 50 gramos de harina de arroz (esto ayuda a que los picarones queden más livianos)
  • 10 gramos de levadura fresca o un sobre de levadura seca
  • 100 ml de agua tibia para activar la levadura
  • 1 cucharadita de sal para equilibrar sabores
  • 1 cucharada de azúcar para ayudar a la fermentación
  • Aceite vegetal para freír (puede ser aceite de girasol o maíz)
  • Miel de chancaca o miel de panela para el almíbar
  • Canela en rama y cáscara de naranja para aromatizar el almíbar

Preparación paso a paso: cómo hacer la masa perfecta

Comenzar con la base es fundamental para que los picarones queden esponjosos y con la textura adecuada. Primero, debes cocinar el zapallo hasta que esté bien blando. Puedes hervirlo o cocinarlo al vapor, lo importante es que luego puedas hacer un puré suave y sin grumos.

Una vez que tengas el puré, déjalo enfriar a temperatura ambiente. Mientras tanto, activa la levadura mezclándola con el agua tibia y el azúcar. Deja reposar esta mezcla por unos 10 minutos hasta que se forme una espuma en la superficie, señal de que la levadura está lista para usarse.

En un bol grande, combina el puré de zapallo con las harinas y la sal. Añade la levadura activada y comienza a mezclar con una cuchara o batidor manual. La masa debe quedar ligeramente pegajosa pero manejable. Si sientes que está muy líquida, agrega un poco más de harina de trigo, siempre con cuidado para no endurecer la mezcla.

Cubre el bol con un paño limpio y deja que la masa fermente en un lugar cálido durante aproximadamente una hora o hasta que duplique su tamaño. Este proceso es clave para obtener picarones suaves y bien aireados.

El arte de freír y la preparación del almíbar tradicional

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Cuando la masa esté lista, calienta abundante aceite en una sartén profunda o freidora a temperatura media-alta (alrededor de 180°C). Para formar los picarones, puedes ayudarte con dos cucharas o con las manos ligeramente enharinadas para tomar porciones de masa y darle forma de anillos o discos con un hueco en el centro.

Fríe los picarones en tandas para evitar que se peguen y para que el aceite mantenga la temperatura adecuada. Deben dorarse por ambos lados, lo que suele tomar entre 3 y 5 minutos por tanda. Retíralos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Mientras se enfrían un poco, prepara el almíbar de miel de chancaca, que es el toque final que realza este postre. En una olla pequeña, disuelve la chancaca o panela en agua junto con la canela en rama y la cáscara de naranja. Cocina a fuego medio hasta que el líquido espese ligeramente y tome una consistencia almibarada.

Sirve los picarones bañados generosamente con este almíbar aromático. Puedes espolvorear un poco de canela en polvo para dar un extra de sabor y presentación.

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Variaciones y consejos para perfeccionar tu preparación

La versatilidad de esta preparación permite que cada cocinero le agregue su toque personal. Por ejemplo, en algunas regiones se utilizan diferentes tipos de zapallo o incluso mezclas con camote para cambiar la textura y sabor. También puedes experimentar con harinas integrales para una opción más saludable.

Un consejo muy importante es controlar la temperatura del aceite, ya que si está muy caliente, los picarones se queman por fuera y quedan crudos por dentro. Si está muy frío, absorberán demasiado aceite y quedarán grasosos.

Además, si quieres que tu almíbar tenga un sabor más intenso, déjalo reducir un poco más, pero con cuidado de no quemarlo para que no se vuelva amargo. La adición de especias como clavo de olor o anís también puede darle un toque especial.

El lugar de los picarones en la gastronomía tradicional y su popularidad en Chile y Perú

Este dulce ha trascendido fronteras y es muy común encontrarlo en ferias y mercados populares tanto en Perú como en Chile, cada uno con su propia versión y toque especial. En Chile, los picarones suelen servirse en ocasiones festivas y son muy apreciados por su sabor dulce y textura única.

En Perú, aunque los picarones tradicionales suelen prepararse con harina de trigo y zapallo, la influencia chilena ha aportado variaciones interesantes que enriquecen la experiencia culinaria de quienes disfrutan de este postre.

Si te gusta explorar la gastronomía de la región, preparar estos picarones en casa es una excelente manera de conectar con la cultura y tradición culinaria, además de disfrutar de un postre casero lleno de sabor y recuerdos.

Recomendaciones finales para disfrutar al máximo este delicioso postre

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Para acompañar estos picarones, puedes servirlos con un café recién hecho o un té de hierbas, que complementan perfectamente el dulzor del almíbar. También es común acompañarlos con helado de vainilla o crema chantilly para una experiencia más indulgente.

No olvides que la frescura de los ingredientes y la paciencia durante la fermentación son claves para lograr una textura inigualable. Así que, ¡anímate a preparar esta receta tradicional en tu propia cocina y sorprende a todos con un postre que es un verdadero símbolo de la gastronomía sudamericana!

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